lunes, 28 de septiembre de 2009

Filtraciones y saludadores

Pregúntense: ¿Cuál ha sido el síntoma más evidente de que el verano se ha acabado? ¿Hace fresco? No. ¿Han vuelto al trabajo? No; bueno, sí, pero eso es otro asunto. Solución: ha vuelto el caso Gürtel con filtraciones fresquitas y sus consiguientes lamentos por parte de los peperos. Ay, cuánto le queda por aprender a la tropa de Mariano de eso que llaman periodismo.

Llevo poco en esto y soy un periodista bastante chusquero, pero ahí van unas lecciones: el periodismo se nutre de fuentes, cuanto más sucias sean éstas mucho mejor. ¿Qué iba a ser de nosotros sin el funcionario quemado del Ayuntamiento al que un concejal inútil tiene hasta los mismísimos? O, otro ejemplo, ¿qué sería del reportero de sucesos sin ese policía narcisista al que, el día después, pese a no aparecer citado, le supone una inyección de autostima ver publicado negro sobre blanco (ojo, el grandioso género de sucesos del gran periodismo tampoco ha dado el salto al digital; lástima, ya nos dirán los robots qué es lo que van a contar) lo que le desveló al periodista? Pero ellos seguirán pensando que el periodismo consiste en ruedas de prensa, inauguraciones, fiestas regionales con paellas gigantes... Supongo que nunca lo entenderán. Mejor así.

Aunque, pensándolo bien, puede que sepa de dónde les viene eso de que les extrañe tanto que se cuente lo que no quieren o lo que consideran "secreto". El otro día, me tocó ir a un sarao montado para mayor gloria de autoridades varias. Estaba lo más granado de la política autonómica y coruñesa. Mientras la mayor parte de los plumillas estábamos hasta los mismísimos, llegaron ellos. Son una especie periodística proliferante: los saludadores, o las manos de Dios, como se desee. Se dedican a tender la mano a cuanto cargo se les cruza, sonriendo. E incluso, como ratas, salen detrás para despedirse en cuanto el gran jefe de la tribu toca retirada (esto no es coña, lo vi con mis ojitos en la persona de un dicharachero locutor, dejémoslo ahí, no merece otra clasificación profesional). Ni que decir tiene que ninguno de estos fulanos son los que después consiguen filtraciones o scoops, porque las fuentes no están en lo más alto de la pirámide. ¿O a lo peor sí? Cuidado, Camps. Cuestiónese dónde están los filtradores.