domingo, 25 de enero de 2009

Dignidad

Existe un hombre al que conocí, caminaba por nuestro estadio. Era un trabajador en un club de fútbol; estuvo un par de años. Los niños le llamaban Ramón Campeón.

Al contrario que en la letra de Dignity, de los Deacon Blue, el fulano más abyecto que ha pasado por el Real Madrid no se ha marchado para comprarse un bote y llamarlo Dignidad. O a lo peor sí. A lo peor aparece mañana en la portada de algún diario con un yate atracado en Ibiza bautizado como Nanín. Por ahora sólo sabemos que los servicios prestados al club le sirven para pagar fiestas en discotecas de moda a él, su prole y los chorizos a los que dio prebendas infinitas en uno de los equipos más importantes del mundo.