
La situación es un sindios y vive momentos de auténtica película de los hermanos Marx, con los vecinos cantando consignas jocosas contra el alcalde -"Al bote, al bote; Losada el que no bote"- y una falta de información oficial que provoca la aparición del rumor, como ya comentaba hace unos días Nacho de la Fuente.
Pero el problema es mucho más grave y todas estas curiosidades pueden acabar por esconder la gravedad real del asunto. Primero: un conflicto social gravísimo en un ciudad de tamaño ciertamente pequeño; segundo: la inoperancia de unos representantes ciudadanos inútiles.
La cintura de un político se mide en cómo resuelve los problemas, para inaugurar estupideces vale cualquiera. Y para éso nos citan convenientemente a todos los medios. Pero estos señores incompetentes, que suelen rodearse también de incompetentes, se esconden y causan que conflictos de urgencia se enquisten en la sociedad y se conviertan en normales, cotidianos y banales.
No hay que obviar tampoco la responsabilidad de los medios, llegará un día -posiblemente cercano- en que esto deje de ser noticia. Ojalá no sea así y se siga azuzando a los poderosos hasta que cumplan con su deber.
+La Opinión A Coruña.
+La Voz de Galicia.
+Galería de imágenes.
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