martes, 19 de mayo de 2009

Cultura

"Yo trabajo para mí mismo, no lo hago pensando en el público ni en la prensa... No tengo que explicar nada y me gustaría hacerlo, pero no puedo".

Lars Von Trier, desde el Festival de Cannes, después de, por lo visto, perpetrar una de las mayores tomaduras de pelo que se recuerdan en forma de película. Es lo que tienen los defensores de la expcepcionalidad cultural, los que recubren su mediocridad con discursos elevados. Como nuestra ministra. Se la trae al pairo el público, pero hay que financiar sus pajas mentales; para amontonar polvo en estanterías o en la mente desviada de algún moderno.

-El "mejor cineasta" del mundo. Borja Hermoso. El País.
-La insoportable transgresión. Carlos Boyero. El País.
-Loach y Trier, dos polos opuestos. Luis Martínez. El Mundo.
-Von Trier monta el "Anticristo". Oti Rodríguez Marchante. ABC.

Hace poco más de una semana, Luis Ventoso, en La Voz de Galicia, con su habitual ironía, retrataba a esta estirpe de farsantes: Lo innombrable.

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