Qué alegría. Qué gusto da que hasta a los más descreídos como yo de vez en cuando les tiren abajo sus prejuicios. Habrá que analizar con detalle todo lo que ha sucedido estas últimas semanas en Austria y Suiza, pero ha quedado demostrado que el fútbol, a veces, es justo. No entiende de esos asuntos este deporte; con la victoria española él mismo es el que ha ganado, después de permitir un sinfín de canalladas.
El triunfo es de unos futbolistas fantásticos y de un seleccionador que ha sabido que la única forma de conseguir esto era dejando hacer a ésos jugadores lo que mejor saben.
Quedaron atrás, a ver hasta cuándo, las confabulaciones palaciegas de algunos, nunca compensadas sobre el terreno de juego.
Raúl, la copa se mira pero no se toca.
lunes, 30 de junio de 2008
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1 comentario:
Lo que le debe haber jodido en el orgullo. Pero la selección juega mejor sin él. Y por desgracia (para él) también convive mejor sin él.
Y ahora a restregarle a los portugueses que España es campeona, ala.
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