
Estuvo muy bien descubrir al Zidane del día a día, jamás me lo hubiera imaginado cantando o bailando y haciendo el gilipollas con Robinho. Se ve que en la vida es tan sorprendente como lo era en el campo de fútbol.
Me quedo con una frase del documental. Es del propio Zinedine: "He jugado al fútbol y punto; he jugado al fútbol por mi propio placer". Por el suyo, no por el nuestro; él no nos debe nada por el hecho de pagar una entrada o el abono al satélite, en todo caso, nosotros se lo debemos a él porque decidiera darle pataditas a un balón.
Zidane quedará en el recuerdo de los aficionados, en el recuerdo vivo por todo lo que nos ha hecho disfrutar. Recordaremos sus jugadas, controles, movimientos... Otros son carne del recuerdo frío de las estadísticas: goles, veces internacional, partidos jugados, palmarés... No logran la memoria del aficionado. Zidane sí lo ha hecho, y hubiera dado igual que no llegara a ganar ningún título. Seguiría siendo único e irrepetible.
1 comentario:
hola, he llegado a tu blog y me ha gustado, me pasaré más por aquí. un saludo.
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