domingo, 9 de diciembre de 2007

Apología de la pereza

La mal llamada pereza -como establecía Mario Ornat en su blog- sería uno de esos valores pervertidos por la moral cristiana para favorecer su doctrina sobre los que reflexionó Nietzsche.

Saco el tema porque Rafael Reig replica hoy de forma magistral una carta en su sección de 'Público' sobre el mismo asunto. "¿Para qué trabajamos tanto? ¿Para tener otro móvil? ¿Para ser una gran potencia? ¿Para que haya trenes que van más deprisa? ¿Para mantener los desvergonzados sueldos de ejecutivos y empresarios? ¿No es preferible disponer de nuestro tiempo, en lugar de producir cada vez más sin saber para qué? Trabajo, productividad, competitividad... Son pamplinas. El objetivo no es trabajar a distintas horas, sino muchas menos horas. Sólo hay que trabajar lo mínimo indispensable, aunque renunciemos a muchas cosas. Saldremos ganando siempre. Tendremos una vida 'llena de días', aunque más vacía de bienes de consumo. Una vida propia".

Robert Louis Stevenson escribió una 'Apología de la pereza', incluida en su obra Virginibus puerisque, y otros papeles. El ensayo puede resumirse en una frase suya: "Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad que olvidamos lo realmente importante: vivir".

La nueva 'Generación Y' parece que ya no desea vivir para trabajar, está dispuesta a realizar renuncias a cambio de disponer de su tiempo. Algunos pronostican que ¡con tan sólo cuatro horas semanales! pueden llevarse a cabo las tareas profesionales modernas. Echad un vistazo a esto: fourhourweek.com . Además tiene blog.

1 comentario:

Xermánico dijo...

Pues hay cierta razón en ello. Yo ya se lo dije a mis padres, mi objetivo en la vida es ser feliz (lo cual ya es jodido de por sí) y tener piscina en casa o telefono móvil última generación puede ser muy cómodo y guay, pero no vale más que poder descansar y disfrutar del tiempo. Tener tiempo para ver los árboles o como crecen las hojas les parece ridículo a muchas personas de ciudad que lo ven como una especie de "poética inútil de cateto", pero para mí es uno de los placeres de la vida.De hecho yo quiero ser dibujante de cómics, y trabajaré como un animal, pero porque trabajar en mi hobby no creo que sea realmente trabajar en el sentido sufrido de la palabra.